“Intuitive eating”, la alimentación intuitiva para adelgazar sin hacer dieta

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La alimentación intuitiva se basa en la creencia de que la clave para estar sano y comer bien no es establecer un número determinado de comidas ni hacer una lista de ingredientes indispensables del supermercado. Es cuando escuchas tu cuerpo y las señales que te manda. Este tipo de nutrición se basa en el respeto por el cuerpo.

En esta práctica, alimentarse representa escuchar a nuestro cuerpo, nuestras señales de hambre y saciedad y a gestionar nuestras emociones sin necesidad de recurrir a la comida como vía de escape ante una situación de estrés, no se trata de una dieta, sino de un proceso.

La persona debe conectar con su cuerpo y entender las señales que le da su propio organismo, liberándose de las apariencias sociales que las silencian y que provocan ansiedad, malestar y una relación poco sana con la comida.

Todos nacemos con esa intuición que nos indica cuánto y cuándo comer, pero esta se va perdiendo con los años porque desde temprana edad nos obligan a hacerlo según unos horarios o cantidades fijas.

Incluso de adultos, al comenzar un régimen, nos obligamos a respetar un horario o una cantidad de comida que no es el nuestro y que muchas veces ni siquiera corresponde con nuestras necesidades.

Alimentación intuitiva mediante el ‘Mindful eating’

A medida que crecemos, nos alejamos de una nutrición intuitiva. Durante la infancia, aprendemos que tenemos que terminar todo lo que hay en el plato y nos tenemos que portar bien si queremos postre.

Nos enseñan que hay comidas buenas y comidas malas. De adultos, nos sentimos bien cuando comemos “comidas buenas” y nos llenamos de remordimientos cuando escogemos “comidas malas”.

El objetivo nunca debe ser adelgazar. Perder peso es la consecuencia de comer saludable e intuitivamente. Si la persona da respuesta a las señales de hambre y satisfacción que le manda su cuerpo, va a conseguir sentirse en paz consigo misma, evitando la ansiedad y consiguiendo un verdadero control de la alimentación.

Comer lo que necesitamos, sin excederse, por lo que el peso se estabiliza, y para que esto ocurra es imprescindible que la alimentación esté basada en alimentos y no en productos, que son los culpables de gran parte de las alteraciones de esas señales naturales del organismo.

La alimentación intuitiva se fundamenta en técnicas aprendidas de la meditación, que tiene su origen en el budismo y su concepto de “atención plena”, este método intenta enseñar a apreciar los alimentos desde una perspectiva completamente distinta a la que la persona se engancha al placer inmediato, a las prisas y a los alimentos carentes de nutrientes, olvidando lo que es la salud.

Por esta razón, los expertos en esta técnica afirman que no comemos de forma compulsiva por hambre, sino para llenar otros vacíos, que generalmente son de carácter emocional.

Aprender a soltar esa relación insana con la comida y escuchar a nuestro cuerpo es una forma de adelgazar y de mejorar la salud a largo plazo, liberando la mente de las preocupaciones antes de sentarse a la mesa, escogiendo alimentos saludables, degustándolos despacio y centrando la atención en ellos, en la comida y en las sensaciones que nos genera.

El objetivo de la nutrición intuitiva es cambiar la forma en la que pensamos sobre la alimentación, y esto puede ser un largo proceso de aprendizaje.

Actualmente hay una gran variedad de textos en el mercado donde los especialistas hablan de este método de manera detallada, con consejos y vías para ponerlos en práctica.

Principios básicos de la alimentación intuitiva

  1. Adiós a la mentalidad de dieta

La mayoría de las dietas terminan en un aumento de peso y sentimiento de culpa si no se consigue el peso deseado. La alimentación intuitiva se basa en el hecho de que las dietas no funcionan.

  1. Reconoce el hambre

El hambre no es tu enemiga, es la manera que tiene tu cuerpo de protegerse de la inanición. Ese consejo que recomienda distraerse de la sensación de hambre o suprimir los ataques de hambre con un vaso de agua, olvídalo. Come cuando sientas hambre, no importa si has comido hace una o cuatro horas. (Pero verdadera hambre, con síntomas como: gruñidos de estómago, fatiga, temblores, incapacidad para concentrarse, cambios de humor).

  1. Reconcíliate con la comida

Deja de pensar que la comida puede ser buena o mala. Sin restricciones. Cuando te alimentas de forma consciente, comes lo que te apetezca. Sé consciente de los sabores y de cómo te sientes después de comer.

  1. Olvida los remordimientos

Este paso es muy importante para alcanzar una alimentación consciente. Los remordimientos son esos pensamientos que te hacen sentir mal después de comer. Olvídalos y deja de castigarte por comer postre o alguna golosina.

  1. Descubre la satisfacción

El objetivo de comer no es llenar el estómago. La comida debería satisfacerte y hacerte feliz. Siéntate y disfruta de tu comida con todos los sentidos.

  1. Reconoce la saciedad

Aprende a detectar las señales que el cuerpo te envía cuando está saciado. Si comes despacio, te será mucho más fácil saber cuándo es suficiente. Guarda las sobras en la nevera para mañana en vez de forzarte a comértelo todo.  Las señales de saciedad pueden ser tener el estómago lleno, desaparición de los síntomas de hambre, reducción del apetito y ahogo.

  1. Trabaja con tus emociones

No pasa nada por estar triste o sentir ansiedad. Mucha gente recurre a la comida para sentirse mejor. Pero debes recordar que la comida no solucionará tus problemas. Tienes que buscar otras formas de lidiar con los sentimientos, salir a caminar, hacer yoga, hablar con alguien. Hay muchas otras formas de sentirte mejor.

  1. Acepta tu cuerpo

Nunca te compares con nadie, acepta tu cuerpo y aprende a quererlo. Este es el principio más importante de la nutrición intuitiva.

  1. Muévete a tu ritmo

En vez de pensar qué tipo de ejercicio quema más calorías, céntrate en una actividad que te haga sentir bien. Ya sea correr, bailar, ir en bicicleta, entrenar. La idea es pasártelo bien.

  1. Escoge bien

Escoge alimentos saludables para tu salud, ricos y que te hagan sentir bien. No tienes que seguir una dieta perfecta para estar saludable. Se trata de un equilibrio.

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