¿Te gusta el pollo crujiente y dorado? Sigue estos tips para conseguirlo

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Si te gusta que el pollo asado quede super crujiente y doradito no dejes de seguir estos consejos; conseguirás que sea jugoso y suave por dentro pero muy crunchy por fuera.

¡Bien condimentado!

Un buen truco para que el pollo se impregne de sabor, es sumergirlo en salmuera al menos unas 8 horas antes de cocerlo; condimentarlo por dentro y por fuera con sal gruesa y pimienta negra molida. 

También puedes aderezar con hierbas y especias para variar el sabor, utilizando orégano, tomillo, romero, perejil y estragón frescos, o incluso pimentón ahumado, comino o cilantro.

No olvides untar para una capa crujiente

Para que el pollo asado logre tener una piel crujiente y esté jugoso por dentro, es necesario untarlo con manteca, mantequilla o aceite de oliva, que le dan al pollo un auténtico bronceado creando una capa muy crujiente.

Úntalo suavemente con los dedos entre la piel y la carne de las pechugas y las patas. Es recomendable atar el ave de forma envolvente para que durante la cocción no pierda su forma. 

Las verduras son tu ayudante

Las verduras cumplen dos funciones. Por una parte, sirven para el relleno, ya que empapan la carne de sabor y evitan que se seque, y por otro lado, funcionan de base en el recipiente, creando una superficie para asar. 

Las verduras en el fondo no solo evitan que la piel se pegue a la sartén, sino que también le dan sabor. Utiliza verduras de temporada, cortadas en trozos, y sin quitarles la piel. Te recomendamos usar limón, cebolla, ajo, apio, zanahorias y nabos.

Atentos con la temperatura

Por norma, una temperatura alta nos asegura una piel crujiente y un pollo jugoso por dentro. Cocínalo a 220° y rocíalo con salmuera ocasionalmente de vez en cuando. 

Es muy importante sacar el pollo de la nevera media hora antes de cocinarlo para quitarle el frío y garantizar un tiempo de cocción uniforme.

¡Y listo el pollo!

Para saber si el pollo está listo, utiliza un termómetro de cocina, que se inserta justo entre la pechuga y el muslo, evitando el hueso, y debe estar a unos 75°. Una vez fuera del horno déjalo reposar unos 10 minutos

Fíjate que los jugos estén claros, sin manchas de sangre. Otra forma de saber si está listo es moviendo una pata del pollo. Si está flexible, casi seguro que el pollo está listo.

¡Coméntanos si conoces otro truco!

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