Termómetro del amor ¿Cuántas veces deberías tener sexo con tu pareja a la semana? Veamos la temperatura de tu relación

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Cierto día hablando con mi terapeuta de pareja le mencionaba la preocupación por la baja frecuencia en el sexo con mi esposo y por supuesto preguntó:

– ¿Cada cuanto tienen sexo?
– Ahora mismo estamos en un mal momento de agotamiento y desconexión,
creería que una vez al mes (respondí agregando el contexto que creía lógico)

Su cara fue contundente, estábamos viviendo en un iceberg.

Para empezar, después de mis sesiones con el terapeuta entendí que una terapia de pareja no se lleva a cabo con la pareja reunida, es inoficioso perder tiempo en discusiones cuando se puede profundizar de forma personal en temas como este, que difícilmente un matrimonio compartiría estando juntos. Pero bueno, ese es otro tema, sigamos con el punto más picante… la frecuencia adecuada.

Su segunda pregunta fue ¿Cómo era la relación cuando apenas empezábamos?…

Le conté que estábamos en nuestros ‘veintipico’ y no desaprovechábamos oportunidad.
En su casa, en la mía, en la de otros, detrás de una puerta, en un hotel… en fin. La frecuencia la definía la oportunidad… eso sin contar con que en una noche teníamos varios encuentros.

Asintió con la cabeza y dijo: “Es normal, Es lo que se espera de una pareja a esa edad y en esas condiciones”

Siguió explicándome:

“Bueno, te diré. El deseo sexual es algo que va atado a muchas variables; edad, momento de la relación, salud de cada uno, confianza… en fin. Sin embargo se espera que para una pareja que cursa la tercera edad, la frecuencia sea de 1 vez al mes como ustedes la tienen. En parejas jóvenes, de unos 40 años como es su caso, se esperaría entre 1 y 3 encuentros semanales”

Por supuesto me preocupé, además me pregunté por qué nunca lo había hablado con mis amigas, ¿No están para eso?

Dejé fluir mi drama intentando hallar una explicación. Hablé del momento que atravesábamos con lujo de detalles intentando entender “ese frío”

El terapeuta, famoso por su practicidad, me escuchó atentamente y seguía con sus gestos cada uno de mis detalles. Cuando sintió que había terminado mi discurso interrumpió con una frase bastante reveladora para mí:

– Ok, entiendo tu punto, tiene sentido… ahora ocúpate de tu relación con lo que de verdad importa ¡SER UNA PAREJA!, Si no hay sexo, no hay una. Vamos a trabajar en esas cosas que señalas, mientras tanto toma las riendas, coge a tu marido y dile francamente:
¡Dejemos la telenovela, vamos a tirar!

Yo simplemente me reí y pensé ¿Qué pasaría si le llegaba con esa frase a casa?, así que saliendo del consultorio inicié el plan: Dejaría el protocolo, tendría iniciativa y vería qué pasaba.

Pasado un tiempo, volví a consulta… Esta vez tenía menos ideas en la cabeza por resolver. El hombre me preguntó cómo iba la cosa y yo le dije que muchísimo mejor, en ese momento noté que como pareja no habíamos hablado sobre varios temas, no habíamos hecho nuevos acuerdos, no habíamos implementado técnicas especiales… simplemente nos empezamos a desear y a aprovechar las oportunidades para tener buen sexo en casa o fuera de ella.

Como por arte de magia quedaron resueltos muchos líos que habríamos tenido que resolver con charlas incómodas; Inseguridades, inconformidad, desconexión y un sin número de detalles que se arreglaron bajo la sábana.

El terapeuta simplemente se reía al explicarme que yo sola encontraría el camino, no hacían falta miles de sesiones.

Hoy  nuestra frecuencia es incierta, basta con decir que ahora sería más fácil contar los días que no ocurre. Entendí, además, que cuando se está pleno en ese sentido, no se llevan cuentas.

 

Esta es solo mi experiencia, ¿cómo está la temperatura en tu casa?
Con amor: Francisca R

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